Uno de cada cuatro mayores padece algún tipo de disfagia que consiste en tener dificultades para ingerir correctamente los alimentos.
¿Alguna vez te has preguntado si tu familiar come correctamente? O si, por el contrario, ¿tiene algún problema para ingerir alimentos? La disfagia en ancianos es más común de lo que pensamos. Por suerte, existen tratamientos eficaces para mejorar sus síntomas y las residencias de mayores están preparadas para abordarlos de la mejor forma posible.
¿Qué es la disfagia?
La disfagia es una enfermedad que consiste en la dificultad o incapacidad total para tragar alimentos sólidos y líquidos, incluyendo la saliva.
Es más común de lo que pensamos y muchas personas la padecen sin saberlo tan siquiera, ya que a veces es complicado diagnosticarla. Sus consecuencias pueden ser realmente graves. Se asocia a graves complicaciones como infecciones respiratorias, malnutrición y una importante pérdida de calidad de vida.
Tipos de disfagia
Cuando comemos, masticamos los alimentos en la boca hasta convertirlos en un bolo alimenticio. Después, los músculos de la lengua propulsan el bolo para hacerlo descender por la garganta. La epiglotis se cierra para tapar el conducto respiratorio y el bolo sigue descendiendo por el esófago hasta el estómago.
Cuando una persona tiene problemas para completar este recorrido, podemos sospechar que tiene disfagia. Existen diferentes tipos en función de dónde se produzca. La más común es la disfagia orofaríngea, cuando la dificultad de tragar se produce en la boca o en la garganta, pero también está la disfagia esofágica, cuando el bolo se estanca en el esófago.
¿Por qué se produce la disfagia en ancianos?
Este problema aparece cuando los músculos implicados en la ingesta de alimentos fallan, y las causas pueden ser diversas:
- Causas físicas: lesiones, tumores o por el propio proceso de envejecimiento que causa que los músculos implicados no funcionen de forma adecuada.
- Causas neurológicas: cuando el cerebro no da correctamente la orden de trabajar por problemas neurológicos o neurogenerativos. Suele ocurrir después de padecer un ictus.
¿Cómo se consigue? A través de diferentes ejercicios orientados a aliviar el dolor, aumentar la fuerza muscular, mantener o mejorar la función de las articulaciones, o mejorar la estabilidad y el equilibrio.
¿Cuáles son los síntomas más comunes de la disfagia en mayores?
Es fácil darse cuenta de que nuestro familiar está sufriendo disfagia si vemos que, al comer, por ejemplo, no retiene la comida en la boca, la escupe o tiene dificultades para tragar. Si detectamos que durante la ingesta de líquidos o sólidos carraspea, tose o se atraganta con frecuencia también deberíamos ponernos en alerta.
Lo mismo si, después de tragar, nuestro familiar nos comenta que siente que tiene restos de comida en la garganta o en la boca. Todo esto puede suceder si los músculos están fallando a la hora de tragar los alimentos.
Cómo tratar la disfagia personas mayores
Uno de cada cuatro mayores padece algún tipo de disfagia. Un dato que se eleva al 50 % en el caso de quienes han sufrido un ictus y que crece al 80 % si han tenido un tumor en la garganta. Las metas de los tratamientos de la disfagia orofaríngea son mejorar el pasaje de alimentos y bebidas y evitar la aspiración. La Organización Mundial de Gastroenterología (OMG) destaca los siguientes:
Rehabilitación y reeducación de la deglución: algunas maniobras relativamente sencillas durante la deglución pueden reducir la disfagia orofaríngea. Se han desarrollado entrenamientos y técnicas específicas a cargo de profesionales sanitarios para fortalecer los músculos implicados en la deglución o para volver a enseñar a realizar correctamente el proceso de ingesta de alimentos.
Modificaciones nutricionales y dietéticas: los expertos recomiendan priorizar alimentos blandos y espesar los líquidos. Es importante tener en consideración tanto las necesidades nutricionales, para que tenga una dieta equilibrada, así como las cantidades de líquidos que ingiere, para evitar la deshidratación.
En las residencias Valdeluz, contamos con restauración con cocina propia y control nutricional, garantizando el aporte nutricional que necesita el mayor en todas las dietas. Éstas, se encuentran adaptadas a la necesidad clínica y gusto de cada persona. Además, se realiza una adaptación de la textura para la alimentación de personas mayores con problemas de disfagia. Utilizamos diferentes tipos de texturas: normal, blanda, texturizada con máquina Blixer y túrmix con Mixxpro de Nestle (línea Nestle Health Science) y Campofrío.
Es importante tener en cuenta una serie de factores en la alimentación de los mayores con disfagia:
- Ofrecer un alimento con la textura adecuada, si es necesario utilizar espesantes para los líquidos.
- No dar alimentos que se peguen al paladar o que puedan dejar restos de comida en la boca.
- No dar grandes cantidades en cada bocado o cucharada.
- El mayor ha de estar con la postura correcta, con la espalda recta y vigilada si es que come de forma autónoma.
- De manera adicional, también es importante mantener una correcta higiene bucal.
Sea cual sea el tipo de disfagia al que se enfrente nuestro familiar, lo principal es obtener un buen diagnóstico para conocer de qué tipo se trata y cuál es el mejor tratamiento y estrategias para hacer frente a este problema. La comida es un pilar fundamental de nuestra salud y disfrutar de ella es sinónimo de calidad de vida y bienestar.