Guía completa para la rehabilitación de fractura de cadera en personas mayores
La fractura de cadera es una de las lesiones más frecuentes entre las personas mayores, especialmente en las mujeres. Esto se debe principalmente a la disminución de la densidad ósea por la osteoporosis y a una mayor tendencia a caídas debido a la pérdida de agilidad y equilibrio. En muchos casos, la fractura de cadera requiere una intervención quirúrgica para restaurar la funcionalidad de la articulación y mejorar la calidad de vida del paciente.
A continuación, exploraremos cómo se debe llevar a cabo la rehabilitación de una fractura de cadera en personas mayores, destacando las fases del proceso y algunos consejos esenciales para una recuperación exitosa.
Tratamientos quirúrgicos comunes
Dependiendo del tipo y gravedad de la fractura, existen dos enfoques principales para el tratamiento quirúrgico:
- Colocación de una prótesis: Esto ocurre cuando el daño es extenso y es necesario reemplazar parte o la totalidad de la articulación de la cadera.
- Fijación con placas y clavos: Dependiendo de la localización de la fractura, se pueden utilizar estos dispositivos para estabilizar el hueso y permitir su curación.
En ambos casos, la rehabilitación es un componente clave para recuperar la movilidad y prevenir complicaciones.
Primera fase de la rehabilitación: Hospitalización
Después de la cirugía, los pacientes suelen permanecer en el hospital entre 5 y 10 días. Durante este periodo, el objetivo principal es comenzar a movilizar la articulación lo antes posible, siempre bajo la supervisión del equipo de traumatología y rehabilitación.
Objetivos de esta fase:
- Bipedestación y marcha precoz si procede, siguiendo las pautas del servicio de traumatología.
- Enseñar al paciente a moverse con seguridad utilizando dispositivos de asistencia como andadores.
- Prevenir complicaciones como trombosis o infecciones a través de una movilidad controlada y cuidados específicos.
Segunda fase de la rehabilitación: Primeras semanas en casa
Una vez que el paciente regresa a su hogar, es crucial que continúe con la rehabilitación para maximizar la recuperación de la función de la cadera. En esta etapa, es importante seguir las indicaciones del fisioterapeuta y mantenerse activo dentro de lo posible.
Consejos para la vida en el hogar
Tras una fractura de cadera, es esencial adaptar el entorno del hogar para reducir el riesgo de caídas y facilitar las actividades diarias. Aquí algunos consejos:
- Evitar sillas bajas: Asegúrate de que las sillas y sofás donde se siente el paciente no sean demasiado bajos. Las rodillas nunca deben quedar por encima del nivel de las caderas.
- Paseos regulares: Para evitar rigidez y mejorar la circulación, el paciente debe levantarse y caminar al menos cada 45 minutos. Cortos paseos dentro de la casa pueden ser muy beneficiosos.
- Adaptaciones en el baño: Instalar barras de apoyo y asientos elevados en el inodoro y la ducha puede facilitar la higiene personal de manera más segura.
- Evitar rangos articulares extremos: Las personas en proceso de rehabilitación deben evitar agacharse para recoger objetos o realizar tareas como atarse los cordones. Las herramientas como calzadores largos o pinzas de alcance pueden ser útiles.
- Retirar obstáculos: Quitar alfombras o cualquier objeto que pueda provocar tropiezos es clave para prevenir caídas.
Importancia de una rehabilitación activa
La inactividad prolongada puede retrasar la recuperación, por lo que es importante que el paciente mantenga un equilibrio entre descanso y actividad. No debe sentarse durante largos períodos y siempre debe realizar movimientos suaves para evitar la rigidez en la articulación de la cadera.
Resumen de plazos para la recuperación
El proceso de recuperación tras una fractura de cadera puede ser muy variable, dependiendo del tipo de fractura y las capacidades físicas y cognitivas previas de cada persona.
Establecer plazos suele ser una de las prioridades tanto del usuario como de la familia, pero no tiene sentido estandarizar dichos plazos. Nuestro tratamiento es un traje a medida de cada persona. Los tiempos de recuperación serán únicos para cada paciente, y vendrán marcados siempre por las pautas específicas del cirujano, los controles radiológicos, y las condiciones propias de cada persona.
El éxito de la rehabilitación depende de varios factores, incluidos la situación basal previa del paciente, la gravedad de la fractura y la adherencia al plan de ejercicios y cuidados.
Conclusión
La rehabilitación de una fractura de cadera en personas mayores es un proceso delicado pero esencial para restaurar la calidad de vida y la movilidad del paciente. Siguiendo un programa estructurado de fisioterapia y adaptando el entorno del hogar, es posible recuperar un alto grado de independencia. Es crucial contar con el apoyo de profesionales de la salud durante todas las fases de la recuperación para garantizar una evolución segura y eficiente.