La presión alta, o hipertensión, afecta al corazón y las arterias y puede provocar complicaciones en la salud de las personas mayores si no se trata de forma adecuada.
Nos hacemos mayores. Y una de las consecuencia de ir sumando años es que nos volvemos más vulnerables a ciertos problemas de salud. Es el caso de la hipertensión, que afecta a la forma en la que nuestro corazón bombea sangre. No es fácil detectar sin una consulta médica que tenemos la presión alta. Pero tanto su descubrimiento, como su tratamiento y prevención pueden sen sencillo si elegimos el centro adecuado y nos ponemos en manos de los mejores profesionales cuanto antes.
Hipertensión, un riesgo para la salud que hay que vigilar según cumplimos años
La presión arterial alta, o hipertensión, es un problema de salud importante que afecta, sobre todo, a los mayores. La red de vasos sanguíneos de nuestro cuerpo -el aparato circulatorio o sistema vascular-, cambia con la edad. Las arterias se vuelven más rígidas y, como consecuencia, aumenta la presión arterial. Es decir, que cuando el corazón bombea sangre, esta golpea con más fuerza contra las paredes de las arterias.
Cualquiera puede padecer hipertensión. Incluso quienes lleva un estilo de vida saludable y no tienen problemas de corazón pueden tener este problema. Sin embargo, existen factores de riesgo que nos hacen más propensos. Por ejemplo, la probabilidad de tener presión arterial alta aumenta con la edad, especialmente la hipertensión sistólica aislada. Pero también influyen otros como los hábitos o la predisposición genética.
¿Cómo se mide la presión arterial?
Los resultados de la presión arterial se dan en dos números. El primer número, llamado presión arterial sistólica, es la causada por la contracción del corazón y la expulsión de sangre. El segundo número, llamado presión arterial diastólica, es la presión cuando el corazón se relaja y se llena de sangre.
En función de los resultados, tendremos una presión arterial baja, o hipotensión, si la presión arterial sistólica es inferior a 90 o la presión arterial diastólica es menor de 60. ¿Qué ocurre si tenemos hipotensión? Los síntomas más comunes son sentirse mareado, débil o incluso desmayarse. Puede ser causado por no obtener suficientes líquidos, pérdida de sangre, algunas condiciones médicas o medicamentos.
Hablaríamos de hipertensión cuando tenemos una presión sistólica entre 125 y 129 con una presión diastólica de menos de 80.
Y, ¿cuáles son los niveles óptimos de presión arterial? Para la mayoría de los adultos, sería una presión sistólica de menos de 120 y una presión diastólica de menos de 80.
Más allá de esos datos, tendremos hipertensión. Se define como una presión sistólica de 130 o más para el primer número, o 80 o más para el segundo número. Según el National Institute on Aging de Estados Unidos, es común que los adultos mayores tengan una presión sistólica alta mientras que la diastólica puede mantenerse por debajo de 80. Este problema se denomina hipertensión sistólica aislada y se debe a la rigidez de las arterias principales relacionada con la edad. Es la forma más común de presión arterial alta en los mayores y puede provocar problemas de salud graves además de dificultad para respirar durante la actividad física ligera, mareos al pararse demasiado rápido y caídas.
¿Cuáles son las consecuencias más comunes de la hipertensión en ancianos?
Los síntomas de la presión arterial alta no se perciben con facilidad, no suelen ser visibles. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 1280 millones de adultos padecen hipertensión. Y que más de la mitad de estas personas no sigue ningún tratamiento, principalmente porque desconocen que la tienen.
Si la presión arterial alta no se controla con cambios en el estilo de vida y medicamentos, puede provocar problemas de salud graves:
- Enfermedades cardiovasculares.
- Enfermedades cardíacas.
- Accidentes cerebrovasculares.
- Demencia vascular.
- Problemas oculares.
- Enfermedades renales.
La buena noticia es que la presión arterial se puede controlar en la mayoría de las personas. Te contamos a continuación cómo poder tratarla de forma adecuada, en un entorno controlado y bajo la supervisión de un equipo multidisciplinar de profesionales.
Prevención y tratamiento de la hipertensión en ancianos
Llegados a este punto del artículo sabemos qué pregunta te ronda la cabeza: ¿Cómo puedo reducir mi presión arterial? La respuesta más concreta sería que puedes conseguirlo cambiando tus hábitos diarios y tomando medicamentos, si tu médico lo cree conveniente. El tratamiento, especialmente si tiene otras afecciones médicas, como diabetes, requiere una evaluación continua y un seguimiento por parte un equipo de sanitarios.
Desde Valdeluz, ofrecemos un cuidado 360. No solo ponemos a disposición de nuestros residentes un equipo médico completo que trabaja de forma personalizada con cada paciente. También procuramos facilitarles un estilo de vida saludable que ayude garantizar el bienestar de los mayores.
Lo hacemos a través de la nutrición, ofreciendo menús variados y especiales que se adapten a las necesidades de cada residente. Y es que llevar una dieta adecuada, como vimos en este artículo, ayuda a minimizar los riesgos de padecer ciertas enfermedades, incluida la hipertensión.
El ejercicio físico y la rehabilitación son dos pilares esenciales en nuestras residencias. Por supuesto, las actividades se adaptan a las capacidades y aficiones de cada adulto mayor. Y combinan hábitos saludables con algo igualmente importante: ¡pasar un buen rato y divertirse!
Cuidar de la salud de quienes más de importan es una prioridad de los profesionales y los centros Valdeluz. Ven a conocernos y descubre todo lo que podemos ofrecerte.