La rehabilitación neurológica es necesaria en aquellos mayores que han sufrido un daño cerebral, el objetivo de esta rehabilitación es ayudar a recuperar o mejorar sus habilidades funcionales.
El sistema nervioso está formado por el cerebro, la médula espinal y los nervios periféricos. Cuando estos sufren daños debidos a accidentes cerebrovasculares, lesiones, enfermedades neurológicas o cirugías, la rehabilitación neurológica se convierte en una herramienta para la recuperación.
Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), cada año 110.000 – 120.000 sufren un ictus en nuestro país. Aproximadamente el 75% de todos los ictus son infartos cerebrales y su frecuencia aumenta con la edad.
El proceso de rehabilitación neurológica, debe personalizarse según las necesidades específicas, puede abordar una variedad de funciones: movilidad, coordinación, equilibrio, fuerza muscular, la cognición y habilidades motoras finas. Este enfoque terapéutico, utiliza una combinación de técnicas y estrategias que buscan maximizar el potencial de recuperación y mejorar la calidad de vida del mayor.
Los profesionales han de trabajar en colaboración con el mayor y su familia, estableciendo objetivos y diseñando un plan de tratamiento adaptado a las necesidades específicas. Los profesionales que principalmente intervienen en la rehabilitación neurológica son:
- Fisioterapeutas,
- Terapeutas ocupacionales,
- Logopedas,
- Neuropsicólogos y
- Neurólogos.
¿Cuál es la duración del proceso de rehabilitación neurológico del ictus?
La duración del proceso de rehabilitación tras un ictus en una persona mayor puede variar significativamente y depende de diversos factores, incluyendo la gravedad de la lesión, áreas afectadas, la salud general de la persona y la respuesta individual a la rehabilitación.
No hay una duración mínima o ya establecida, cada caso es único. Sin embargo, hay algunos puntos importantes que hay que tener en cuenta:
- Fase aguda: la rehabilitación comienza en la fase aguda del ictus, tan pronto como la persona está médicamente estable.
- Fase subaguda: la intensidad de la rehabilitación suele aumentar en la fase subaguda. En esta etapa, se establecen metas específicas y se implementan las intervenciones terapéuticas. La intensidad en la rehabilitación de manera inicial es fundamental para lograr la mayor rehabilitación posible.
- Es fundamental que el mayor reciba neurorrehabilitación de forma precoz para mejorar los resultados.
- Duración variable: la duración de la rehabilitación puede variar considerablemente. Algunas personas mayores pueden experimentar mejoras significativas en pocas semanas, mientras que otras pueden requerir un proceso más prolongado.
- Evaluación continua: el plan de tratamiento se ha de revisar y reajustar periódicamente a lo largo del proceso, teniendo en cuenta la consecución de objetivos.
- Apoyo a largo plazo: algunas personas mayores pueden necesitar un apoyo para mantener y mejorar las habilidades adquiridas durante el proceso de rehabilitación neurológico, lo que también incluye posibles adaptaciones en el hogar.
En definitiva, no hay un tiempo determinado para el proceso de neurorrehabilitación del mayor, incluyendo además un posible apoyo a largo plazo con el objetivo de mantener y mejorar las habilidades adquiridas durante la rehabilitación.
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